La serie nos cuenta la siguiente historia... La otra noche tropecé con una bolsa que apenas asomaba tímidamente detrás de un gran cesto de basura. Algo hizo que prestara una especial atención en ella. Lentamente y con mucho cuidado me acerqué y noté que definitivamente era diferente a las que la rodeaban; no solo por lo roída y descuidada sino porque su interior dejaba intuir siluetas muy diferentes a las del resto. Se aproximaba el recolector de residuos así que no podía dudar de la decisión que iba a tomar. La separé del resto, la protegí de que se perdiera dentro del camión junto a las otras bolsas y cuando el silencio de la calle me lo permitió la abrí cuidadosamente. Entre mis ansiedades y temores ganó la curiosidad, tomé valor y desenrollé la bolsa de una sola vez. La confusión y el asombro invadieron mi cautela, eran gestos. Si, la bolsa que asomaba tímidamente, la que protegí con mi cuerpo de un destino fatal estaba llena de gestos, de muecas. Miré a ambos lados de la calle para encontrar algún testigo, a alguien que me asegurara que lo que veía era real pero no encontré a nadie, estaba solo en la calle. Volví mi atención hacia la bolsa y seguían ahí. Eran gestos comunes de personas comunes y me pregunté… ¿Quién podría desprenderse de estos gestos? Y casi al instante recordé la leyenda que cuenta que hay personas que nos roban las muecas para dejarnos impasibles, para transformarnos en inmutables y despintarnos la dicha. Sin dudar cerré la bolsa rápidamente, entré a mi atelier y comencé a esbozarlos pensando que cada uno de estos gestos podían esfumarse tan rápido como habían sido robados y capaz alguno de ellos podían encontrar a su dueño. Tengamos mucho cuidado, estemos alerta con las personas que nos despojan de las payasadas, de nuestras gracias, que nos quitan estos pequeños momentos de alegría. Esta vez tuve suerte y pude burlar a “El ladrón de las monerías”. Si alguien encuentra una bolsa oscura, roída y maltratada que asoma tímidamente detrás de un gran cesto de basura les pido que presten atención, puede ser que estén los míos.